Receta casera dulce, nutritiva, sabrosa, sana y sin azúcar

El azúcar no es un alimento; es una sustancia química artificial que no aporta ningún nutriente, solo calorías vacías; y es una de las sustancias más adictivas que existen.

Se ha demostrado con investigaciones científicas y ratas de laboratorio (Universidad de California en Los Ángeles) que el consumo regular de azúcar produce efectos similares al consumo de alcohol, café o drogas: deseo compulsivo de tomarlo; necesidad de ir aumentado progresivamente la dosis consumida; así como dependencia y síndrome de abstinencia si se suspende su ingesta (ansiedad, irritabilidad…).

Tanto por su poder adictivo como por su apreciado sabor para el paladar humano, el azúcar se busca en los momentos de esparcimiento o celebraciones. También en las situaciones de estrés físico o psico-emocional se suele recurrir a él porque (al igual que las demás sustancias que crean adicción) activa la producción de endorfinas en el cerebro y nos da esa sensación subjetiva y artificial de felicidad. También se echa mano de él en circunstancias que demandan esfuerzo físico, ejercicio o ante sensación de agotamiento; buscando ese aporte rápido de energía; que más adelante se pagará muy caro.

Además de todas estas ocasiones en las que directamente recurrimos a tomar algún dulce; ingerimos grandes cantidades de azúcar enmascarado y formando parte de otros productos alimenticios ya elaborados.

El azúcar blanco es simplemente sacarosa, el más dañino de todos los azúcares, y su consumo excesivo está relacionado con la caries dental, acidificación de la sangre, diabetes, obesidad, osteoporosis, cálculos renales, arteriosclerosis o cáncer.

Con respecto al cáncer, hay evidencia científica que relaciona el consumo elevado de azúcar común y otros edulcorantes con el desarrollo de cáncer en el sistema digestivo; concretamente se relaciona directamente con los cánceres de páncreas y de colón.
No es que el azúcar provoque cáncer; pero si se consume en exceso genera grasa, tanto corporal como en los órganos internos y en los tejidos, afectando al metabolismo y causando daños celulares y desajustes que crean unas condiciones propicias para el desarrollo de tumores.
También se ha comprobado científicamente que el alto consumo de azúcar eleva los niveles de azúcar en sangre; y este azúcar es captado por la célula cancerosa para su crecimiento, obteniendo de él una gran cantidad de energía (efecto Warburg).

Poco importa el nombre tras el que se disfrace, lo importante es que todos los azúcares añadidos a los alimentos son negativos para la salud por su alto poder acidificante; lo que obliga al cuerpo a movilizar y agotar minerales y vitaminas de las reservas del cuerpo (como el calcio o las vitaminas del grupo B) para poder corregir el desequilibrio.
Solo la miel, que sí es un verdadero alimento, y tiene naturaleza alcalina, sería recomendable; si bien tampoco se puede abusar de su consumo.

Según la Medicina Tradicional China, el elevado consumo de alimentos dulces daña al Bazo; es decir, todo el sistema digestivo y sus funciones.
El Bazo, en la teoría de los Cinco Elementos; se haya en el centro, junto al Estómago. Si se daña el centro, todo el organismo acaba dañado. Esto explica, en parte, la gran incidencia de los problemas digestivos en la sociedad actual.

Un consumo diario de azúcares acaba produciendo Humedad y Flema, dañando al Bazo y produciendo insuficiencia de Qi (energía vital) para realizar las funciones digestivas, afectando al mecanismo de transporte y transformación de los líquidos y de las sustancias nutritivas. Todo ello, además de los problemas de sobrepeso, acaba desequilibrando la energética de todos los elementos y afectando al cuerpo entero; creando las condiciones para el estancamiento y el Calor Interno, dando como resultado un medio interno intoxicado y propenso a la enfermedad.

Al Bazo le ayuda, sin embargo, el consumo eventual y en pequeñas cantidades de alimentos dulces que «naturalmente» lo son; es decir, que tienen un sabor dulce por su propia naturaleza; como la miel o verduras dulces, frutas o frutos desecados: calabazas, boniatos, maíz, manzanas, melón, uvas, melocotones, higos, uvas pasas, dátiles, ciruelas pasas, almendras… todos estos alimentos, además de aportar azúcares naturales, aportan agua, vitaminas, minerales y cofactores, proteínas y grasas saludables.
La Stevia también es una alternativa saludable que ayuda a regular el azúcar en sangre y el colesterol; dulce al paladar, pero sin aportar hidratos de carbono.

De ahí la importancia de acostumbrarnos a elaborar recetas caseras sin necesidad de adicionar azúcares.
Este bizcocho es una de ellas.

BIZCOCHO INTEGRAL DE MANZANA (SIN AZÚCARES AÑADIDOS)

Este bizcocho es delicioso. Sirve de desayuno o merienda. Está compensado en ingredientes, destacando los de naturaleza neutra y templada, que benefician al Bazo; y por su riqueza en fibra es muy adecuado para favorecer el tránsito intestinal. Se puede acompañar de una infusión de té verde o té de jazmín, ambas con propiedad de resolver la Humedad.

Ingredientes:

  • Ralladura de la piel de 1 limón ecológico
  • 1 yogur natural (limpiar bien el vasito y usarlo para medir a continuación)
  • Aceite de Oliva Virgen Extra: 1 vasito del yogur + 1/3
  • 100 gr de dátiles en trocitos pequeños
  • 50 gr de pasas sultanas, remojadas durante unos minutos y bien escurridas
  • 3 huevos ecológicos
  • 200 gr de harina integral ecológica de espelta o de avena (3 vasitos del yogur)
  • 1/2 sobre de levadura en polvo
  • 1 cucharada de canela en polvo, y un poco más.
  • 2 manzanas medianas
  • una pizca de sal marina

Elaboración:

  • Rallar la piel del limón.
  • Añadir el yogur, el aceite, los dátiles, las pasas, los huevos y la pizca de sal. Batir bien (yo lo hago en la Thermomix. Si no se tiene, batir los huevos aparte y añadirlos ya batidos).
  • Mezclar la harina con la levadura y la canela y añadir a la mezcla anterior. batir bien.
  • Poner el horno a precalentar a 180 º C.
  • Pelar las dos manzanas y quitarles el corazón. Dividirlas en 4 trozos cada una. Cortar una manzana y un cuarto de la otra en trocitos pequeños y añadir a la mezcla.
  • Remover bien y verter toda la mezcla en el recipiente de horno (previamente untado con aceite de oliva).
  • Cortar los trozos restantes de la manzana en filetitos finos y disponerlos, montando unos sobre otros, en dos filas longitudinales (si el recipiente es alargado) o dos círculos (si es circular) sobre la mezcla, dejando la zona central sin cubrir.
  • Espolvorear con un poco más de canela en polvo.
  • Meter al horno: 190 º C, calor arriba y abajo, posición baja de la bandeja, y dejarlo durante 30-35 minutos (según horno) o hasta que se pinche con un cuchillo liso y éste salga limpio.

Nota: a mí me gusta denso; por eso pongo la mínima cantidad de levadura (que tampoco es muy sana). ¡Buen Provecho!