El invierno es la estación más Yin (yīn en pinyin) del año. Es el tiempo en que la Naturaleza manifiesta de manera más clara las características de uno de los dos principios básicos de la medicina china: el principio Yin, que junto al principio Yang (yáng en pinyin) y gracias a la interacción de ambos, origina el tres o el Tao, que a su vez da lugar a toda la creación (los diez mil seres).

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Para entender mejor lo que significa el Yin hay que pensar en lo que simbólicamente evoca el ideograma o carácter chino. Representa la ladera sombría de una colina. Es decir, la ladera más umbría, orientada al norte, donde hace más frío y humedad, donde apetece más el abrigo; la zona más silenciosa donde se desarrolla la vegetación y la vida que se puede adaptar a la falta de sol y al crecimiento más lento; el letargo.yin-ideograma.gif

El Yang representa la solana de la colina y su ideograma muestra el sol por encima del horizonte iluminando con sus rayos la ladera sur. Nos habla de luz, calor, actividad, día, bullicio, crecimiento rápido y desarrollo de la vida.yang ideograma.gif

Estos dos principios son interdependientes; es decir, solo puede existir uno, si existe el otro.

No existe ni el Yin ni el Yang absolutos; pues cada principio lleva en sí mismo el germen del otro. Así el Yin llevará siempre algo de Yang, y viceversa. Por ejemplo, la ladera sombría (la ladera yin de la montaña) no está totalmente oscura (yin máximo); no recibe los rayos de sol (máximo yang), pero sí llega la luz (yang) hasta ella.

Ambos conceptos son relativos, de tal manera que nada puede ser Yin o Yang en sí mismo y para siempre, sino en relación con otra cosa y por un tiempo determinado. Por ejemplo, la tarde es más yang que la noche (que es la fase más yin del día) pero más yin que la mañana, que es el período de mayor actividad y luz del día (el más yang).

Además de ir siempre ligados y de ser opuestos, Yin y Yang son complementarios.

Una disminución de Yin irá ligada a un aumento de Yang  de forma simultanea y proporcional y ambos están en continuo movimiento y transformación gracias al Qi o energía; por lo que en condiciones extremas un principio se puede transformar totalmente en el otro.

El equilibrio Yin-Yang permite que la vida pueda desarrollarse con armonía.

Para la medicina tradicional china todas las cosas y todos los fenómenos tiene su aspecto Yin y su aspecto Yang y todo puede ser dividido en Yin-Yang tantas veces como se quiera.

Los puntos de partida son Cielo (Yang) y Tierra (Yin), de manera que el Yang se corresponde con Lo Creativo y el Yin con Lo Receptivo.

lluvia.jpgEl invierno representa la época de máximo Yin (así como el verano es el período de máximo yang) y representa una oportunidad para adaptarnos a las condiciones especiales de esta estación.

Los desajustes climatológicos que han venido a llamarse «cambio climático», derivados de la pésima gestión ambiental de los gobiernos y de los hábitos contaminantes y comportamiento inconsciente del ser humano parecen estar alterando los aspectos yin y yang a lo largo del año. Sin embargo, aunque algunas características típicas del invierno, como el frío, no estén presentes; otras, como el mayor número de horas de oscuridad, nos invitan a seguir los ritmos naturales de esta época y a vivir en consonancia con la energía Yin.

Es el momento ideal para replegarse hacia el interior, cultivar nuestro aspecto más receptivo, descansar y dormir más, conservar la energía y el calor (proteger el Yang) y abrigarnos física y emocionalmente. Proveernos de reservas nutritivas que nos mantengan sanos en estos momentos y preparen el cuerpo para que esté fuerte y pueda adaptarse sin problemas a la energía más Yang de la próxima estación.interiorización y abrigo.jpg